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jueves, 2 de noviembre de 2017

Computación cuántica

La computación cuántica es el resultado que se obtiene de la convergencia de la mecánica cuántica y la computación. La computación cuántica es una forma de procesar la información automática, posibilitada por propiedades exclusivas de la mecánica cuántica tales como la superposición de estados (que origina el denominado paralelismo cuántico) y la existencia de correlaciones sin análogo clásico (entrelazamiento y correlaciones cuánticas).
La ventaja de estas propiedades es que permiten en principio resolver ciertos problemas que resultan muy difíciles para la computación actual. Este tipo de problemas se denominan duros o hard: En ellos, el número de pasos, es decir de operaciones necesarias para llevar a cabo cierto cálculo (y por lo tanto el tiempo de cálculo) aumenta "exponencialmente" con el tamaño de la entrada. En forma sencilla, esto quiere decir esencialmente que el tiempo de cálculo se duplica (o se multiplica por algún factor mayor a 1) cada vez que aumentamos el tamaño de la entrada en una unidad. El tiempo de cómputo de un problema de este tipo puede pasar de unas horas a un tiempo aún mayor que la edad del universo!, tan sólo aumentado ligeramente el tamaño de la entrada.

La computación cuántica es una forma de computación que se basa en el uso de qubits en lugar de bits, y da lugar a nuevas puertas lógicas que hacen posibles nuevos algoritmos.

Una misma tarea puede tener diferente complejidad en computación clásica y en computación cuántica, lo que ha dado lugar a una gran expectación, ya que algunos problemas intratables pasan a ser tratables. Mientras que un computador clásico equivale a una máquina de turingun computador cuántico equivale a una máquina de turing cuántica.

Historia de la computación cuántica

La idea de computación cuántica surge en 1981, cuando Paul Benioff expuso su teoría para aprovechar las leyes cuánticas en el entorno de la computación. En vez de trabajar a nivel de voltajes eléctricos, se trabaja a nivel de cuanto. En la computación digital, un bit sólo puede tomar dos valores: 0 o 1. En cambio, en la computación cuántica, intervienen las leyes de la mecánica cuántica, y la partícula puede estar en superposición coherente: puede ser 0, 1 y puede ser 0 y 1 a la vez.

La información completa sobre la historia de la computación cuántica la podrás ver desde el siguiente link: Historia de la computación cuántica.

Fundamentos de la computación cuántica

Los fundamentos principales de la computación cuántica son los qubit, que se basan en elementos cuánticos, como átomos fríos, iones o fotones, que por su naturaleza pueden estar en superposición, que consiste en que éste puede adoptar un estado de 0 y de 1, pero también puede tener ambos estados al mismo tiempo. Gracias a ello, son capaces de probar a la vez todas las soluciones que existen para un problema.

Pero además de poder adoptar varios estados simultáneamente, cuentan con otra particularidad: el entrelazamiento atómico. Gracias a esto, un átomo puede transmitir determinadas propiedades a otro sin que haya nada de por medio. Esto nos permite crear una red de átomos que funcionen de forma armónica.

Los bits, por el contrario, son binarios y sólo pueden estar encendidos o apagados. En cambio, los qubits pueden combinar varios estados a la vez.

Esta habilidad es lo que le permite a una computadora cuántica realizar gran cantidad de cálculos en simultáneo.

Dado que un qubit es capaz de procesar mucha más información que un bit, la potencia de procesado con respecto a los sistemas actuales se incrementa exponencialmente. ¿Qué nos permitirá esto? Resolver en unos segundas tareas para las que un ordenador normal tardaría años.

Obstáculos de la computación cuántica

Uno de los obstáculos principales para la computación cuántica es el problema de la decoherencia cuántica, que causa la pérdida del carácter unitario (y, más específicamente, la reversibilidad) de los pasos del algoritmo cuántico. Los tiempos de decoherencia para los sistemas candidatos, en particular el tiempo de relajación transversal (en la terminología usada en la tecnología de resonancia magnética nuclear e imaginería por resonancia magnética) está típicamente entre nanosegundos y segundos, a temperaturas bajas.

Otro de los problemas principales es la escalabilidad, especialmente teniendo en cuenta el considerable incremento en cúbits necesarios para cualquier cálculo que implica la corrección de errores.

Hardware de la computación cuántica

Las condiciones que debe cumplir el hardware de la computación cuántica son las siguientes:

- El sistema ha de poder inicializarse, esto es, llevarse a un estado de partida conocido y controlado.
- Ha de ser posible hacer manipulaciones a los cúbits de forma controlada, con un conjunto de operaciones que forme un conjunto universal de puertas lógicas (para poder reproducir cualquier otra puerta lógica posible).
- El sistema ha de mantener su coherencia cuántica a lo largo del experimento.
- Ha de poder leerse el estado final del sistema, tras el cálculo.
- El sistema ha de ser escalable: tiene que haber una forma definida de aumentar el número de cúbits, para tratar con problemas de mayor coste computacional.

Software de la computación cuántica

El software de la computación cuántica se basa en algoritmos cuánticos. Los algoritmos cuánticos se basan en un margen de error conocido en las operaciones de base y trabajan reduciendo el margen de error a niveles exponencialmente pequeños, comparables al nivel de error de las máquinas actuales.

La computación cuántica se podría emplear para la comunicación, ya que permitiría codificar la información de manera más segura. También se podría utilizar para simular reacciones químicas y así producir grandes desarrollos para la ciencia y la medicina.

Conclusión

Las aplicaciones de la física cuántica, tanto a nivel informático como criptográfico, están llamadas a cambiar el mundo que nos rodea en la próxima década. El trabajo de científicos como Juan Ignacio Cirac, cuyo nombre ha sonado varias veces para el Premio Nobel de Física, revolucionará la forma en la que nos comunicamos o estudiamos el desarrollo de medicamentos, nuevos materiales o el cambio climático. Un futuro esperanzador, sin duda, en el que la computación cuántica será imprescindible.